Como cada año me dispongo a escribir la crónica de la cena anual que celebramos ayer todos los primos.
El restaurante elegido fue el Racimo de Oro, en pleno corazón del Barrio Húmedo leonés. La cena consistió en entremeses de embutido de León, exquisitos, ensalada Racimo de Oro, con espinacas, manzana, champiñón y trocitos de jamón fritos (solo pasable), hojaldre de puerros y gambas sobre salsa de nécoras (solo pasable), salteado de mollejas de pato con setas, jamón y patata crema (regular), croquetas caseras muy buenas y a elegir, carrillera de cerdo ibérico estofada con guarnición o lubina al horno con verduritas. La carrillera exquisita, según los que la eligieron, y la lubina (más que lubinas parecían tiburones, eran enormes), algo insípida. Me rio, eran ¡enormes!
Y el postre, una delicia: Tarta de queso al horno con coulis de membrillo.
Pero lo importante no son las viandas, sino reunirnos. Lo pasamos muy bien, como siempre. Pudimos hablar tranquilamente, estuvimos muy a gusto. Pusimos nuestros mensajes en el libro de actas... Y este año, ¡bailamos como nunca! En el mismo restaurante tienen una sala adecuada, con un ambiente muy agradable, y nos desquitamos de otros años, que peregrinábamos buscando un lugar para bailar juntos.
Mi querido cuñado, Alberto, fue el encargado de pedir al DJ los temas de nuestra época, porque, la verdad, la música que ponen ahora, es bastante aburrida, casi no tiene ritmo.
Algunos temas que el DJ nos brindó muy amablemente. El DJ, este año, se portó genial. Como dice Pablito (nos seguimos nombrando como cuando éramos pequeños), la familia sigue ¡haciendo historia! ¡unida! ¡Qué no decaiga! Un ¡Hurraaa! por la anfitriona de este año, May, que encontró el lugar adecuado para ¡bailar!
Especialmente ¡para Pablito! este tema que bailamos con ¡tanta alegría!, en el mismo vídeo aparece:
¡haciendo historia!
No puede faltar este, nos encanta. Especialmente dedicado a mi querido cuñado Bert, encargado de pedirlo. ¡Por ti, Bert!
Entregados al baile... lo vivimos intensamente, ¡todos!, me rio al recordarlo...recuerdo la cara de Pablito, entregado del todo, ¡qué bueno!
Y ¡aupa todos!, ¡aupa los Redondo! ¡sin descanso! Me encanta, me encanta...
Más suave, pero sigue el corro de baile, ¡qué bien!, familia que baila unida, ¡permanece unida!
¡Queridos primos! ¡para todos! y como colofón, el DJ se portó estupendamente...lalalarara...¿te acuerdas, Ruchi?, jajaja...
Este año faltaron Rosa, Pedro, Jose, Charo y Nando, les echamos mucho de menos.
Gracias a todos por este día tan bonito: Orlandito, Mari Mar, Pablito, Pili, Martita, Carlos, Eva, Edu, Agus, Juan, Loreto, Jon, Claudia, Pilina, Carlos, Jose, Bert, Ana, May, Ruchi y Rosa.
Hemos pensado que el próximo año podemos alquilar una casa rural (Ruchi será la encargada) para poder unir a la celebración a los niños y más jóvenes, a la siguiente generación. Es más complicado para coincidir en fechas pero ¿lo conseguiremos? Seguro que sí, porque esta vez, le tocó prepararlo a una asturiana; cuidadín, cuidadín, que lo logra...
Os quiero. ¡Muchos besos!